Esta exquisita pieza bien puede estimular la psicomotricidad junto al oído rítmico , tan unísonos en tantas ocasiones, el gran pandero pulsa tutelarmente toda iniciativa corporal, además el baile suave
portador de abundancia afectiva y casi como los poemas orientales místicos una sensibilidad casi extinta en nuestro occidente actual.
Este tema es propicio para "jugarlo" con globos, lienzos (telas) , cintas... y ensayar la vitalidad del "ritmo respiratorio" , "Chi Kung" para los orientales, tan necesario para cantantes siendo que todos lo somos por el hecho sustantivo de tener una voz tal y como nuestra huella digital o genoma, tan originalmente expresiva como la mirada o el gesto espontáneo, arropada y escamoteada sólo por los prejuicios de un pésimo instructor destructor que quizás dijera alguna vez..."ud no canta..." , pero sí, a nadie esta vetada tal expresión así como nada no vibra en este universo, hasta el silencio, y nada más requerido para aliviar el cansancio con un tarareo, o dormir y apaciguar como la lluvia ,
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